Pasados unos días tras el cierre de la
Feria de la Virgen del Mar 2015, uno se queda con la sensación de que
nuestra plaza no deja de devaluarse año tras año, y no solo por la falta
de asistencia, que es evidente.
En primer lugar, unos
carteles que, salvo el aliciente para el aficionado (de los pocos que
quedan ya) del mano a mano, no llaman la atención ya ni del público en
general. Sea por el desgaste de las figuras actuales, por la crisis o
por lo que sea, la plaza sigue pierdendo espectadores. No soy yo quien
organiza los espectáculos ni el que pierde en este caso su dinero, pero
toreros como Manuel Escribano o López Simón junto a dos figuras cada
tarde abaratarían el cartel y abrirían el abanico de toreros que podrían
encajar en la Feria. Por cierto, lo de la corrida de rejones ya no se
tiene por su propio peso.
En cuanto al resultado de los
festejos, mas de lo mismo. Toros prácticamente sin picar y flojos la
mayoría de ellos, abundante nobleza y carencia de bravura. Todo sangre
Domecq para la lidia a pie y el característico Murube para rejones.
Núñez, Santa Coloma, Albaserrada… encastes que triunfan en mayor o menor
medida durante la temporada y que estos últimos años apenas se lidian
aquí. La única corrida que se salva (tanto en presentación como en
juego) fue la de Benjumea. Lo demás, un par de toros sueltos (Zalduendo)
y poco más. Ah! Y lo de traer 3 garcigrandes y 3 cuvillos...Esto no es
Madrid como para no completar con un hierro una corrida pareja para 2ª
categoría.
Con esta materia prima, destaco a Torres
Jerez, que superó a Ruiz Manuel en el citado mano a mano toreando
bastante bien (cierto es que se llevó el lote), Miguel Ángel Perera,
Enrique Ponce y un Alejandro Talavante que soñó el toreo tanto con la
derecha como al natural, con una tanda de rodillas para el recuerdo.
Por
último, desde mi humilde opinión, el equipo gubernativo no es digno de
una plaza de segunda como es la nuestra. La presentación de la mayoría
de astados, la no devolución de algunos toros faltos de fuerzas tras el
picotazo en varas, orejas que no reflejan lo ocurrido en la plaza...
Hasta la vuelta al ruedo al Garcigrande: ¿Cómo se le puede dar la vuelta
a un toro manso que ni siquiera fue sometido por bajo? Es mas, ¿Quién
pidió esa vuelta?. Todo ello me hace pensar que, bajo mi humilde
opinión, no deberían ostentar dicho cargo de cara al año que viene.
En
fin… demasiadas lagunas para la que fue la mejor de las plazas de
segunda categoría. Espero que esto sea el principio de la recuperación
del Coso de la Avenida de Vilches, por el bien tanto de la empresa como
de la propia plaza y, por encima de todo, de los buenos aficionados.
Alejandro Pérez Guillén
Nota de LA CARIOCA: Me alegro de que los aficionados den su opinión. Sigamos así.